jueves, 24 de septiembre de 2015

DESCOMPENSACIÓN PSICOLÓGICA Y DEPRESIÓN, REALIDAD O FICCIÓN

Las personas suelen  experimentar estrés normal y cotidiano como la presión en el trabajo, los conflictos con los hijos,  las dificultades financieras, los problemas de pareja, etc. Cuando los niveles de estrés de una persona son superiores a su capacidad de lidiar con el estrés, especialmente durante un largo período de tiempo, la persona puede mostrar signos de la llamada Descompensación psicológica. Esto puede manifestarse con signos y síntomas, tales como, mayor facilidad  para  alarmarse, resistencia, desconexión y/o agotamiento psicológico, hasta el punto en que ya no son capaces de funcionar en el trabajo o en el hogar como normalmente lo harían.
Muchas personas experimentan diferentes niveles de depresión durante toda su vida, sin embargo, una persona que se encuentra en un episodio de depresión clínica grave puede estar tan deprimido que experimenta descompensación psicológica. Los signos  y síntomas de la depresión pueden ser, falta de concentración,  incapacidad para funcionar con eficacia en el trabajo y en las tareas del  hogar, mantener la higiene personal y/o mantener relaciones sociales.

Encontraron el cuerpo de Valery y una carta que decía:
“No sé como empezar esto, creo que solo empezaré diciendo que esta decisión la tomé yo sola, sola como cuando nací, y como he transcurrido toda mi vida, así es, SOLA, asi me sentía en el fondo completamente sola, decidí quitarme la vida, y no me arrepiento de ello, fue una de las poquísimas decisiones que tomado por mi misma, en estas líneas menciono la razón, espero comprendan… Estoy cansada de sonreir, cuando por dentro quería llorar, de reir cuando en el fondo mi rostro quería dibujar una lágrima de tristeza profunda, cansada de ayudar y jamás ser ayudada por nadie, cansada ya, de que nadie se imagine lo mal que estoy, que nadie me pregunte cómo me siento, sino solo, cómo estoy, y es distinto “ser” y “estar”, ya no podía seguir con todo lo que supuestamente era bueno, y me pregunto yo, ¿bueno para quién??? Porque para mí, no!! Discúlpenme, perdónenme si les causo dolor, espero comprendan que ésta vez solo buscaba sentirme realmente en paz! Así mismo, comprenda que el dolor que podría generar mi partida, es solo eso dolor, que pasará, que se irá, y si sufren, de ello no me hagan responsable, ya que el dolor es inevitable, mas el sufrimiento es opcional, cada uno lo decide… lástima que esa lección, yo la aprendí muy tarde… tomo este camino y creo es el mejor, me siento tan mal, tan vacía, tan sola, completamente sola!! Las amistades me rodean, mi pareja me entiende, mi familia me quiere, sin embargo, no me siento acompañada, ni comprendida, ni amada, porque ello, ello son niveles mayores, que lamentablemente no aprendí ni tuve la oportunidad de vivir…mi rostro tiene dibujado una tristeza inmensa, un vacío total, una lágrima marcada cual tatuaje, a pesar que todos solo vean, alegría, solidaridad, apoyo, y con eso los dejo, con todo lo bueno que pude brindarles, que me hubiese encantado que algo de eso, alguien verdaderamente me brinde… Hasta luego.”
Valery, era una chica muy risueña, tranquila, linda e inteligente, creció dentro de una familia nuclear aparentemente estable y feliz… Con el pasar del tiempo, Valery era toda una señorita, muy querida por sus compañeros, amistades, profesores, pareja y sobretodo familia, nadie imaginó lo que llevaba por dentro..

Es necesario tener en cuenta Que las personas que sufren este tipo de descompensaciones psicológicas y depresión debilitante, deben buscar tratamiento profesional oportunamente, así mismo la red de apoyo incondicional es pieza clave para su mejora, al igual que el trabajo en equipo y multidisciplinario… La depresión y la distimia no es una etiqueta, es algo que la persona vive, siente y piensa, buscar ayuda eso ideal, y la red de apoyo hace efectivo ello.

Ps. Vanessa Minaya L.
Psicóloga-Psicoterapeuta
CPsP 19784
Evolution Factor, psicología que transforma...

sábado, 12 de septiembre de 2015

Ves el MUNDO como tu ERES.


Cuentan que a un oasis llegó un joven, tomó agua, se aseó y le preguntó a un viejecito que se encontraba descansando:
¿Qué clase de personas hay aquí?

En vez de responderle, el anciano le preguntó: 
¿Qué clase de gente había en el lugar de donde tú vienes?
"Oh, un grupo de egoístas y malvados" replicó el joven.
"Estoy encantado de haberme ido de allí".
A lo cual el anciano comentó: "Lo mismo habrás de encontrar aquí".